No era para menos. El nombramiento de Samper fue un reto que ni el pais, ni la clase politica, ni el Presidente Uribe pudieron resistir. La pita se rompe por el lado mas debil, y en cuestion de horas un “Tsunami” sacudio las entrañas del Gobierno.
Con esta designacion el Presidente Uribe trataba infructuosamente de darle respiracion artificial a un proyecto de reivindicacion del expresidente Samper. Un acto de nobleza, entendible en un hombre eminentemente noble como Uribe, pero que puso en riesgo hasta la misma gobernabilidad.
Quiza sea este el ultimo intento, porque si algo ha quedado claro es que Samper no ha podido despegarse del fantasma del 8000. Para bien o para mal. El pais “nacional” del que hablaba Carlos Lleras no quiere perdonar a Ernesto Samper, ni tampoco le perdona al liberalismo la impunidad de Samper, y este es precisamente el punto. La gente piensa y siente que con el famoso escandalo de la financiacion de la campaña pagaron justos por pecadores.
Por eso no pudo calar la candidature forzada de Horacio Serpa, y en fin, por eso estamos como estamos.
Ernesto Samper deberia, ahora si, marginarse de la vida publica. No tiene caso que siga insistiendo en esa actitud de que “…todo ocurrio a mis espaldas". Su retiro seria un gesto de amabilidad y agradecimiento para con el Presidente Uribe, y un acto de decencia con el pais, que ha manifestado su rechazo a la frescura con la que Samper se pasea por los clubes capitalinos, como lo destaca la cronica social.
En cuanto al expresidente Andres Pastrana, que mas se puede decir? Su posicion era dificil, pero la renuncia ciertamente innecesaria, especialmente despues de conocerse el retiro de las aspiraciones de Samper. Su labor en Washington ha sido impecable, y su presencia en el pais del norte le daba al Gobierno de Uribe una especie de aval por parte del Tio Sam.
Pastrana era tambien el contrapeso ideal en la balanza nacional, y a pesar de cualquier critica que se le pueda hacer a su gestion presidencial, la mejor descripcion que se puede hacer de su personalidad y trayectoria, es la honradez y la pulcritud con la que se ha desempeñado en su vida tanto publica como privada.
Con el nombramiento de Carolina Barco en Washington, el Presidente pone la embajada mas en el plano de la diplomacia propiamente dicha, y un poco menos en el de la politica. Ella de seguro va a jugar un papel determinante en asuntos mas tecnicos como la firma del TLC, y la situacion de los miles de nacionales que viven en los Estados Unidos, muchos en condiciones de ilegalidad.
Otra cosa es que el Gobierno de Bush sea capaz de entender el incidente de la Embajada en su justa dimension, y que asi somos los colombianos. Ojala no vaya este episodio a opacar la gestion de Uribe, pues los gringos tambien son antisamperistas.
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