El Paraescandalo sigue su curso inmarcesible por las avenidas del escarnio, del asombro, de la incredulidad, del asco, y de la verguenza. Palabras, entre otras, que han ido perdiendo su valor en nuestro medio, a fuerza de tanta barbarie.
La confesion de Salvatore Mancuso, no por esperada, deja de ser espeluznante. Dicen los entendidos en la materia que una hipotetica confesion de Jorge 40 haria lucir a Mancuso como un aprendiz, asi que mas bien seamos pacientes y sigamos la trama de este, el ultimo exorcismo nacional.
Que hay en un numero?
336 asesinatos, y una relacion interminable de crimenes conexos. Combinacion de atentados, masacres, secuestros, boleteo, extorsion, robo, abigeato, expropiacion ilegal, narcotrafico, el saqueo de las arcas de los municipios, de los departamentos, y del pais, y todo el daño colateral, es el balance de la confesion de Mancuso. Una confesion parcial, preparada, manipulada, hecha a la medida de las circunstancias, con toda la parafernalia audiovisual del caso.
Por que mejor no sacar todos los datos que quedan en el disco duro de Mancuso de una vez por todas, y que pase el siguiente.
Sera cosa de un par de Terabites, por que a estas alturas esto no se puede medir en Gigas. Y asi pasamos un solo mal rato, un solo dolor, en vez de los muchos que no esperan cada vez que uno de estos caligulas tropicales sube al tinglado.
Molesta al pais en este momento de dolor la desfachatez con la que estos señores de la Guerra se manejan en publico. No como los reos que son, sino como aspirantes al Oscar de la Academia, desfilando por la alfombra roja. Con el aparato y la arrogancia que los ha caracterizado. Apenas unas esposas comodamente ajustadas diferencian a Mancuso de un senador en ejercicio, a juzgar por los Armanis, las camisas Polo, y las corbatas quien sabe si de Gucci o de Oscar de la Renta.
Asi como molesta tambien la vida de divas de Hollywood que llevan sus esposas y familiares, y una que otra amante. Invadiendo los centros comerciales con sus Hummers y sus guardaespaldas por doquier.
Pero esto tambien es parte de esta tragicomedia. En otros tiempos no muy lejanos, fueron los marimberos de la Costa Atlantica, los mafiosos de los carteles del interior, y hoy en dia los traquetos de todo el pais.
Que sorpresa nos deparara el PowerPoint, el Access, El Excel, de los Comandantes desmovilizados ?
El pais sigue a la expectativa. Y en el fondo prefiere un proceso menos teatral, menos cibernetico, y mas sincero y expedito que lleve por fin al cierre de este oscuro capitulo de nuestra historia, y le de un minimo de paz espiritual a los deudos de las victimas de la violencia y de los desmanes de esta guerra injustificable.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario