Por un puñado de dolares.

Mucha agua ha corrido debajo del puente del "Escandalo Granda” como lo han denominado los medios de ambos paises, y obviamente habra controvesia por mucho tiempo, entre los partidarios de uno y otro “contrincante”.

Analizando las intervenciones de funcionarios de ambos gobiernos llama especialmente mi atencion las del Vice-Presidente de Venezuela, Jose Vicente Rangel, persona fogosa por naturaleza y bastante suelto de lengua. Desde sus tiempos de periodista, profesion que ejercio por muchisimos años y a mi parecer, con mejor desempeño que el que ha demostrado en su fugaz paso por diversas altas dignidades del Estado Venezolano

Sinembargo, hay una gran diferencia entre opinar en un programa local de television, o escribir alguna que otra vez un editorial, a abrir la boca y dejar salir truenos, rayos y centellas, cuando se ejerce la investudara de Vicepresidente de un gobierno. Rangel tiene la tendencia a escandalizar con sus diatribas, lo cual es a la vez una forma de hacer terrorismo. Cada vez que le da por opinar es como si disparara una ametralladora. Palabras explosivas. Frases belicosas y provocadoras, muchas veces punzantes e hirientes. Y ese es el tenor que tanto el Gobierno de Venezuela, como la “Venezuela Chavista” quieren realmente darle al manejo de esta crisis.

Cuando este señor acusa al Gobierno Colombiano de mentiroso, o cuando propone tomar la ofensiva y emplazar al Presidente Uribe, esta realmente interpretando el sentir de Chavez, quien tiene en Jose Vicente a su mejor escudero. El Serpa de Samper. El Montesinos de Fujimori.

Ciertamente es una especie de "Trucutu" en el medio politico venezolano. Un cavernicola sobreviviente de la vieja oposicion que encontro espacio para reencaucharse en esa amalgama amorfa que es el Chavismo. Uno de los mas encarnizados enemigos de Carlos Andres Perez, y de muchos otros personajes, hoy controvertidos, que otrora protagonizaron la vida politica
venezolana, pero que aun vive en el pasado.

En un mundo en la informacion viaja a la velocidad de la fibra optica, Jose Vicente Rangel a las 3:20 p.m. del dia 20 de Enero de 2005, no conocia aun la lista de terroristas colombianos que gozan de la protection de su Gobierno. Lista que muchos leimos en la prensa electronica internacional en la madrugada. El Gobierno de Chavez quiza esta esperando que Uribe llame por celular, a los mismos numeros que algunos guerrilleros de la FARC tienen en sus libretas personales, para darsela a conocer y de paso pedirle por fin el tan ansiado “perdon” por haber apresado a Granda. Secuestrado, dicen las FARC; “Violacion de soberania” dice el Gobierno venezolano.

Acaso no es una flagrante violacion de la soberania colombiana el albergar asesinos, terroristas y narcotraficantes, o el hacerse de la vista gorda cuando la guerrilla se guarece en su territorio para eludir la persecucion del ejercito colombiano ?

Desde tiempos inmemoriales el contrabando, el lavado de dinero, el trafico de drogas, y el terrorismo han cruzado la frontera gracias al apoyo de personas naturales, funcionarios oficiales y organizaciones bancarias en Venezuela, y esto es un secreto a voces. Millones de dolares en efectivo han salido y siguen saliendo de las zonas de contrabando con destino a la isla de Aruba, pagando “alcabalas” desde Paraguachon hasta Maracaibo, muchas veces costando no solo miles de dolares en sobornos, sino la libertad o la vida de muchas personas, quienes han sido robados y engañados por los mismos oficiales sobornados. Ni hablar de la droga que sigue utilizando a Venezuela como su puerta de salida natural a los mercados internacionales.

Y el Gobierno de Venezuela a estas Alturas se asusta cuando descubre que sus propios miltares entregaron a Granda por un puñado de dolares. Ignorancia de Estado, la llamaria yo.

Este episodio va a terminar como todas las pataletas de Chavez, a pesar de las brabuconadas de Rangel. Con un abrazo y un “Uribe, te quiero como un hermano”, en algun momento, en cualquier “cumbre”, aunque Chavez ya dijo que no volvia asistir a mas cumbres presidenciales. Favor que nos hace!

Mientras tanto a los integracionistas nos pasa como a esos matrimonios en los que impera la violencia familiar, que aunque permanecen juntos, se viven aporreando. Al final, siempre uno de los conyugues termina por cansarse de tantos insultos, tantos golpes bajos y tanta falta de respeto, espetados al calor de emociones pasajeras.


Houston, 20 de Enero de 2005.