viernes, febrero 11, 2005

Un Instante, una vida.

Ese es el titulo de una hermosa pelicula de Sidney Pollack que vimos en 1977, nominada al Oscar de la Academia, protagonizada por Al Pacino y Marthe Keller, en la que se narra un drama de amor que me impresiono en ese entonces, y que marco para siempre mi apreciacion sobre lo vano y futil que resulta a veces la vida.

La protagonista muere en un hospital despues de una larga y agobiante enfermedad, y cuando Pacino la va a buscar, en uno de los vaivenes de su atolondrada existencia, se encuentra con la noticia de que hacia tiempo ella habia fallecido. Poco despues, cuando revisa su correo, encuentra un sobre con unas fotografias que unos turistas desconocidos le habian tomado en algun paraje de los Alpes, unos meses atras.

Alli termina. Pacino absorto mirando aquella inesperada foto, en la cual los dos amantes abrazados miraban tristemente al ocasional fotografo que sin saberlo plasmo en la foto un instante en la vida de dos personas, o mas bien un unico y ultimo instante que hacia mas punzante la dura realidad de aceptar la partida del ser querido.

Vino a mi mente el recuerdo de la cinta esta semana. Una semana triste, en la que una familia amiga perecio en un absurdo, inexplicable y quiza macabro accidente de transito. Uno de esos eventos que nos hacen mirar al cielo y retar la autoridad del Padre Celestial, para preguntarle si esta desgracia era justa y necesaria.

Y como a cada cosa hay que llamarla de alguna manera, al accidente que le costo la vida a Luis Fernando Visbal, a su esposa Eva Paulina Crespo, y dos de su hijos, Laura y Diego Fernando, la voy a llamar simplemente la tragedia, porque no se me ocurre otro nombre mas aproximado a la realidad.

Pocas horas antes de la tragedia, los Visbal-Crespo estaban reunidos con otras familias colombianas entre ellas la nuestra, en una fiesta de carnaval organizada por esto que Federico Barroso ha dado en llamar “El Grupo”. Un ente sin definicion especifica, que reune a varias familias que vinimos a Houston en busca de un mejor presente para nosotros los viejos, que nos permita garantizarle un mejor futuro a nuestros hijos.

Una noche inolvidable en la que pudimos disfrutar de la compañia de amigos y conocidos, en un ambiente de alegria, de guacherna y de parranda como aquel que dejamos atras, en nuestro terruño.

En ese ambiente compartimos con Eva Paulina, Luis Fernando y sus dos hijos, y le cantamos el “Cumpleaños feliz” a Laurita, quien el siguiente lunes precisamente cumpliria sus primeros 14 años, llena de potencial humano y con un gran futuro por delante.

Quien iba a imaginar que tan solo unas horas mas tarde, el destino nos tenia a todos reservada semejante sorpresa.

De esa noche, y de otras noches anteriores, solo nos queda el recuerdo plasmado en las fotografias. Rostros alegres, y rostros tristes. Rostros juveniles llenos de esperanza. Rostros de parejas que bailan. Rostros de compañeros que cantan.

Rostros de padres abrazandose a las doce de la noche el dia de año nuevo, con un par de lagrimas en las mejillas que dejan entrever cuanto añoran el amor de la patria y de los seres queridos dejados atras.

Rostros que marcan un instante, un unico e inolvidable instante, que queda como recuerdo de unas personas buenas que aun deberian estar entre nosotros, porque les faltaba mucho que hacer en este mundo, y sobre todo porque aun tenian mucho para darle a los demas.

Yo sigo mirando a los cielos en busca de una respuesta que no llega. Como a todos los demas compañeros del Grupo de Houston, no me queda si no pedirle a Dios que los reciba en su prodigo reino de paz y de amor, y que los conduzca a una mejor vida.

Aca en la tierra, aquellos que nos quedamos un tiempo mas, vamos a recordar siempre a los Visbal-Crespo, no solo por los instantes plasmados en las fotografias, sino por el profundo recuerdo que sembraron en nuestros corazones.

A los miembros de las familias Visbal y Crespo en Barranquilla, y muy especialmente a su hija Natalia, asi como a sus primos el Dr. Luis Carlos Garcia y la Sra. Cecilia Puche en Houston, les hacemos llegar nuestra sincera manifestacion de condolencia y de solidaridad.


Jaime Tovar.


Houston, 11 de Febrero de 2005

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