Soy de los que piensan que Chávez siempre ha apoyado tácitamente a la guerrilla, y toda su actuación desde que se le pidió que fuera mediador, fue solo eso, una función de teatro callejero.
Uribe, en sus adentros, también debe saber que Chávez es un hipócrita que nunca ha tenido el menor deseo de ayudar al gobierno Colombiano, como si lo tiene de capitalizar toda la figuración internacional que la mediación le daba, y por eso trato de hacer una carambola de dos bandas.
Si le funciono o no, aun no lo sabemos. Uno de los resultados inmediatos del despelote es que Chávez se quemo en el intento, y quedo como un perfecto idiota ante el mundo. Y es aquí en donde está el epicentro del asunto, por la humillación que debe sentir.
Uribe, al meter a Piedad Córdoba en el baile, igualmente mataba dos pájaros de un tiro. Esta andaba como rueda suelta, moviendo la idea del intercambio a motu propio a la par que rajaba a diestra y siniestra del Gobierno y del Presidente, de quien se refirio con calificativos inaceptables, mucho menos viniendo de una Senadora de la República.
Piedad salió como volador sin palo, y ni sus lagrimas de cocodrilo nos harán olvidar su mención a la necesidad de un gobierno de transición, lo que para mi tiene un tufillo de traición, si no jurídicamente por lo menos en lo político y en lo moral.
De aquí en adelante se puede esperar cualquier cosa de Chávez, como quedo demostrado en Argentina. Su capacidad para decir sandeces es ilimitada y progresiva. Simplemente no resiste el estilo diplomático colombiano, y en particular el de Uribe, y no se aguanta que lo ignoren, que no le respondan en los mismos términos que el acostumbra a usar, ni que dejen pasar inadvertidas sus pataletas.
Por lo mismo sus amenazas van a escalar, y en lo que de él dependa no vacilara en ejercer presiones, e inclusive en tomar decisiones que perjudiquen a Uribe y a Colombia, en la medida que pueda cobrar su venganza personal, así le cueste plata a Venezuela, pues para eso está su chequera expansionista. Son los costos de la Revolución Bolivariana que el petróleo puede pagar.
Mientras, los primeros en sufrir las consecuencias de esta mentalidad obtusa de hacendado caribeño van a ser los comerciantes, los productores, los campesinos y los industriales colombianos quienes dependen en buena parte del mercado vecino.
Es inaudito que la economía de una región dependa del estado de ánimo, de los caprichos y de la irresponsabilidad de este insensato.
Haciendo uso de las mismas palabras que Chávez ha venido utilizando, bien se puede decir que es él quien no merece ser Presidente de Venezuela. Ni por su trayectoria, ni por sus ejecutorias, ni por su talento personal. La única razón que justifica su llegada a Miraflores, fue el acto de decrepitud de Rafael Caldera al indultar al coronel golpista.
Uribe no se puede dejar provocar por una pelea de barrio, pero tampoco le puede permitir mas desmanes e irrespetos a este vecino incomodo e impertinente.
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