¡qué dolor, qué dolor, qué pena!,Mambrú se fue a la guerra,no sé cuando vendrá.
Soy colombo-venezolano, en el mejor sentido de la expresión, y con los más incontrovertibles derechos de parte y parte. Nacido en Venezuela, hijo de madre venezolana y padre colombiano, debidamente ‘tramitado’ antes las autoridades respectivas de ambas naciones. Venezolano por el Ius Soli, y colombiano por el Ius Sanguinis. Educado en un hogar binacional, bajo los mejores valores de las dos patrias hermanas, y enseñado desde niño a profesarles un sincero respeto y amor a las dos por igual.
En consecuencia, he venido ejerciendo mis dos nacionalidades durante 53 años con orgullo, gozo y satisfacción.
Dicho lo anterior, paso a desahogar la ira reprimida de estas últimas semanas.
La “Declaratoria de Guerra” de Hugo Chavez es una gigantesca insensatez. A estas alturas del juego, es tanto lo que se ha dicho y escrito que difícilmente podría yo decir algo diferente, lo cual no debe impedirme el derecho natural a expresar mi dolor ante semejante espectáculo que me afecta doblemente, como venezolano y como colombiano.
La agresividad con que Venezuela ha venido atacando a Colombia en estos días ya paso de cualquier limite tolerable. Y aunque estemos acostumbrados a oir toda suerte de papanatadas y rebuznos por parte de Chavez y de su camarilla de patanes, no podemos quedarnos callados y menos de brazos cruzados ante la inminencia de una escaramuza fronteriza, la que no llegara a ‘guerra’ pues ante la estupidez de esta bestia tropical, entraran a actuar los organismos internacionales de la competencia.
Algo que mucha gente no entiende es que Alvaro Uribe es un estadista integral, y en su desempeño ha actuado siempre con una altura y una dignidad ejemplares, a pesar de las ganas que como buen colombiano tendrá en su interior, no solo de contestarle a Chavez en su mismo lenguaje de verdulero, sino de muchas cosas más. A veces pedimos acciones y reacciones de nuestro Presidente y de nuestra Cancillería, y sentimos que hace falta una respuesta contundente e inmediata. Sinembargo, tanto Uribe como sus funcionarios mas cercanos responden con dolor de patria, con altivez y gallardía, haciendo uso de la diplomacia en su mas pura definición, a sacrificio de las emociones pasajeras y viscerales, como no lo hacen los vecinos.
No sabemos hasta donde llegara esta situación. Habiendo traspasado ya todo parámetro anteriormente establecido, es de suponer que Chavez seguirá adelante, rodando por el barranco hasta que alguna roca lo detenga. Así ha sido siempre, como dicen los cónyuges en problemas, y así será hasta el final.
En medio de este pobre espectáculo circense, se oyen voces de todos lados, unas apegadas a la realidad y motivadas por sinceros y altruistas sentimientos y posiciones, otras típicas del oportunismo macondiano.
Muy oportuna y acertada la carta del Ex Presidente Carlos Andrés Pérez tan cercano a nuestros corazones, en la cual precisa sus puntos de vista y demuestra nuevamente su condición de estadista universal. En contraste, el Ex-Presidente Samper nuevamente en contravia sale a contradecir y a demeritar a Uribe, con ese estilito de intelectual de buhardilla con el que nos quiere impresionar, pues no dice ni una cosa ni la otra sino todo lo contrario. Aun nos causa escozor la visita imprudente e inoportuna que le hizo recientemente a Chavez en Miraflores.
Que falta nos hacen Alfonso Lopez Michelsen y Julio Cesar Turbay Ayala, y que me interpreten como quieran los áulicos de marras.
Mambrú se va a la guerra, y a muchos parece no importarle. Sinembargo, hay que tener cuidado con Mambrú, quien esta mal rodeado y mal asesorado, y Dios no lo quiera esta vez nos pueda hacer un daño mas serio que el que nos ha venido haciendo con sus palabras ponzoñosas, a las que mal que bien nos estábamos acostumbrando.
Sobretodo con las ganas que tiene de estrenar los Sukhoi y las metralletas que trajo de Moscú.
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