Nada volvio a ser igual sin ti. Nada, quiza, lo volvera a ser jamas, simplemente porque te quede debiendo tanto que el resto de mi vida no me alcanzara para recriminarme el no haber sido mejor hijo contigo.
Los minutos me hieren y las horas me agobian, en la eterna espera de un consuelo que no llega, y que ni siquiera se ve venir.
No se como decirte lo distinto que es el mundo sin ti. Lo diferente que se han vuelto todas las cosas. Quiza sera porque como a Roma, todos los caminos de mis sentimientos me llevaban a ti, y ahora no me llevan a ningun lado.
Quiero darte las gracias por venir a verme aquella noche. Creeme que aunque me siento igual de triste, entendi tu mensaje y te estoy dejando ir. Me hacia mucha falta que me acariciaras dulcemente, y que me dieras tu bendicion una vez mas.
Mientras tanto mi vida aca abajo sigue su rumbo trashumante, aunque ahora me preocupo menos por el destino y me resigno mas a la quietud propia de mi edad.
Al igual que tu con nosotros, quiero ver a mis hijos crecer, vivir sanos, y aumentar la familia. Le pido a Dios que me deje conocer a mis nietos, para corregir en ellos los errores que cometi como hijo y tambien como padre.
Se que tengo que aprender a vivir sin ti, pero no me pidas que no te extrañe, que no te añore ni que deje de echarte de menos, pues aunque no estes aqui sigues siendo la estrella que me guia en las oscuras noches de mi vida.
De nuestras cosas pendientes ya habra tiempo de hablar cuando me vaya de esta tierra, y nos encontremos en algun remanso en los rios por donde navegan los espiritus, o si alguna noche de estas vuelves a visitarme.
Por lo pronto, dejame llorarte de vez en cuando, pues en verdad no me hace mal aunque lo parezca, y es la unica manera que tengo para comunicarme contigo.
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